Buenas!
Me llamo Jessica (Jessy ), tengo 22 años, vivo en un pueblo de Barcelona, en un piso con mi marido, mi hermana y mi cuñado, nuestros cinco gatos (Simba, Bunny, Dana, Rocky y Blacky), además de dos tortugas (Kira y Yuko) y una chinchilla (Coco).
Ya sé que a muchos os pareceré una descerebrada por tener tanto animal en un piso, pero en primer lugar os aseguro que son los reyes de la casa y están muy cómodos, y en segundo me veo con la "obligación" de explicaros cómo hemos llegado a esta situación...
Al principio mis padres tenían un bar, en un edificio de tres plantas que era todo nuestro (era alquilado). En la primera planta estaba el bar, en la segunda teníamos el piso en el que vivíamos y en la tercera había una terraza enorme. Así que cuando estando de vacaciones mi hermana y yo nos encontramos a Simba en Granada, en los brazos de una chica que nos explicó que había sido tirado al río junto a sus cinco hermanos y que habían conseguido sacarlos a todos menos a uno pues... no hace falta explicar mucho más, no? Aunque éramos un par de crías (de eso va a hacer ya 14 años!) ambas decidimos hacernos cargo de aquel pequeño mínimo, que apenas había abierto los ojos, y así fue... En ese verano a mis padres les regalaron una perra (Linda) que resultó llevarse divinamente bien con Simba durante toda su vida, hasta que nos la envenenaron.
Los años pasaron, mi hermana y yo seguimos recogiendo animales abandonados, y acabamos teniendo tres perritas de tamaño pequeño (Estrella, Luna y Kiara) y a Simba. Aquí entró en escena Bunny, un siamés precioso, que yo traje a casa un día volviendo del instituto para darle leche, y finalmente se quedó. Bunny tiene unos 10 años.
Pasaron los años, me atropellaron a una de las perras (Luna) y nos repusimos de aquel duro golpe como pudimos. Por mucho tiempo estuvimos así, hasta que una noche mi hermana, mi cuñado y yo nos encontramos a una pequeña gatita en un transportín diminuto, que seguro acabarían de abandonar, pues el papel de periódico estaba perfectamente limpio... y así fue como Dana se unió a la familia. También es Siamesa, aunque mucho más clara que Bunny, y era tan pequeña como Simba al recogerlo. Recién nacida...
Y así seguimos, hasta que hubo un incendio en el bar que destruyó media vida nuestra, perdimos de todo, económico, sentimental... y sobretodo la preciada vida de mis dos perras, que murieron asfixiadas, ya que los bomberos no quisieron entrar a por ellas... Lo entiendo, supongo...
En fin. Que acabemos, mis padres, mis dos hermanos, mi cuñado y yo, con nuestros tres gatos viviendo en el piso de mis padres, el cual teníamos deshabitado desde que había alquilado el bar (fueron 10 largos años fuera...).
Al final, cuando nos repusimos un poco, mi hermana, mi cuñado, mi por aquel entonces novio y yo nos cogimos un piso y nos llevamos a nuestros tres gatos con nosotros...
Y hace dos años, mi cuñado se encontró un pequeño gatito que le seguí a todas partes mientras iba al trabajo, así por varios días, siempre le daba de comer y al final acabó cediendo a la tentación de traerlo a casa. Ese era Rocky.
Y vamos por el más pequeño, Blacky... Blacky sólo tiene dos meses con nosotros, mi hermana y yo nos lo encontramos en la calle, cubierto de sangre, apoyado contra la persiana de un gimnasio, y bueno... se nos hizo imposible dejarlo ahí, y lo trajimos a casa para curarlo. Teníamos intención de darlo en adopción, lo prometo.. pero nadie quería hacerse cargo de él, y se fue quedando, se fue quedado... y al final le pusimos nombre, que era lo que faltaba, pues ya se había hecho parte nuestra...
Lo más sorprendente (para mí al menos) es que Blacky parecía tener sólo unos pocos meses, porque era pequeñiiito, y cuando lo llevamos al veterinario nos dijeron que no, que mínimo un año y es posible que hasta dos. Pero no ha crecido...
Bueno, pues perdón por enrollarme, esta es mi historia, estos son mis pequeños, y venimos a hacernos un hueco... si nos dejáis.
Un saludo!
Me llamo Jessica (Jessy ), tengo 22 años, vivo en un pueblo de Barcelona, en un piso con mi marido, mi hermana y mi cuñado, nuestros cinco gatos (Simba, Bunny, Dana, Rocky y Blacky), además de dos tortugas (Kira y Yuko) y una chinchilla (Coco).
Ya sé que a muchos os pareceré una descerebrada por tener tanto animal en un piso, pero en primer lugar os aseguro que son los reyes de la casa y están muy cómodos, y en segundo me veo con la "obligación" de explicaros cómo hemos llegado a esta situación...
Al principio mis padres tenían un bar, en un edificio de tres plantas que era todo nuestro (era alquilado). En la primera planta estaba el bar, en la segunda teníamos el piso en el que vivíamos y en la tercera había una terraza enorme. Así que cuando estando de vacaciones mi hermana y yo nos encontramos a Simba en Granada, en los brazos de una chica que nos explicó que había sido tirado al río junto a sus cinco hermanos y que habían conseguido sacarlos a todos menos a uno pues... no hace falta explicar mucho más, no? Aunque éramos un par de crías (de eso va a hacer ya 14 años!) ambas decidimos hacernos cargo de aquel pequeño mínimo, que apenas había abierto los ojos, y así fue... En ese verano a mis padres les regalaron una perra (Linda) que resultó llevarse divinamente bien con Simba durante toda su vida, hasta que nos la envenenaron.
Los años pasaron, mi hermana y yo seguimos recogiendo animales abandonados, y acabamos teniendo tres perritas de tamaño pequeño (Estrella, Luna y Kiara) y a Simba. Aquí entró en escena Bunny, un siamés precioso, que yo traje a casa un día volviendo del instituto para darle leche, y finalmente se quedó. Bunny tiene unos 10 años.
Pasaron los años, me atropellaron a una de las perras (Luna) y nos repusimos de aquel duro golpe como pudimos. Por mucho tiempo estuvimos así, hasta que una noche mi hermana, mi cuñado y yo nos encontramos a una pequeña gatita en un transportín diminuto, que seguro acabarían de abandonar, pues el papel de periódico estaba perfectamente limpio... y así fue como Dana se unió a la familia. También es Siamesa, aunque mucho más clara que Bunny, y era tan pequeña como Simba al recogerlo. Recién nacida...
Y así seguimos, hasta que hubo un incendio en el bar que destruyó media vida nuestra, perdimos de todo, económico, sentimental... y sobretodo la preciada vida de mis dos perras, que murieron asfixiadas, ya que los bomberos no quisieron entrar a por ellas... Lo entiendo, supongo...
En fin. Que acabemos, mis padres, mis dos hermanos, mi cuñado y yo, con nuestros tres gatos viviendo en el piso de mis padres, el cual teníamos deshabitado desde que había alquilado el bar (fueron 10 largos años fuera...).
Al final, cuando nos repusimos un poco, mi hermana, mi cuñado, mi por aquel entonces novio y yo nos cogimos un piso y nos llevamos a nuestros tres gatos con nosotros...
Y hace dos años, mi cuñado se encontró un pequeño gatito que le seguí a todas partes mientras iba al trabajo, así por varios días, siempre le daba de comer y al final acabó cediendo a la tentación de traerlo a casa. Ese era Rocky.
Y vamos por el más pequeño, Blacky... Blacky sólo tiene dos meses con nosotros, mi hermana y yo nos lo encontramos en la calle, cubierto de sangre, apoyado contra la persiana de un gimnasio, y bueno... se nos hizo imposible dejarlo ahí, y lo trajimos a casa para curarlo. Teníamos intención de darlo en adopción, lo prometo.. pero nadie quería hacerse cargo de él, y se fue quedando, se fue quedado... y al final le pusimos nombre, que era lo que faltaba, pues ya se había hecho parte nuestra...
Lo más sorprendente (para mí al menos) es que Blacky parecía tener sólo unos pocos meses, porque era pequeñiiito, y cuando lo llevamos al veterinario nos dijeron que no, que mínimo un año y es posible que hasta dos. Pero no ha crecido...
Bueno, pues perdón por enrollarme, esta es mi historia, estos son mis pequeños, y venimos a hacernos un hueco... si nos dejáis.
Un saludo!